Autor: Rafael Pérez Campanelli
Veinte veces toqué un timbre,
En cada cuarto iluminado,
Sin saber qué luz alumbre,
Solo ver y estar enterado.
¿Cuántas manos he estrechado?
¿Cuántas manos me han dado?
¿Cuántos corazones me han latido?
¿Cuántas veces el corazón ha perdido?
La vida son las heridas,
Lecciones del azar,
Que esperan ser aprendidas,
Sin poder regresar.
La amistad es la meta,
Los secretos se respetan,
La traición se beta,
Las promesas se concretan.
Juego de primeras impresiones,
Un engaño que yo safo,
Imposible para conocer intenciones,
Cual juzgar un final desde el primer párrafo.
Lo que se arranca no florece,
Simplemente se marchita,
Con mentiras no se crece,
Son fuego para dinamita.
El amor es enemigo del egoismo,
Tanto que algunos se confunden,
Piensan que son lo mismo.
Y quien la pierde está perdido,
Vale más levantarse del pasto verde,
Que quien se resigna a estar vencido.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario